Miedo a la muerte, a la fatalidad, a perder a quien no está. La silla, que alguien ha dejado vacía, se me representa como la pérdida de un ser querido. Las sombras rodean a la silla y las paredes la enmarcan en un pequeño cuadro, sin movilidad, sin forma de escapar. Todo es sombrío, estático y angustiante desde que está vacía la silla.
Miedo a la soledad, al vacío, a la penumbra absoluta. En una depresión no hay luz que pueda escapar hacia el afuera. La luz no ilumina. La sombra todo lo invade.
