Durante el transcurso de nuestras vidas pasamos gran parte de nuestro
tiempo esperando, y esos momentos de espera son, muchas veces,
como lapsos en donde nada sucede. Se podría decir que flotamos durante
un instante en el tiempo. No importa lo que suceda a nuestro
alrededor, la espera es tan importante que todo lo demás carece de
sentido, y lo único significante es que ESO, lo ansiado, suceda.
Abraham, mi abuelo, desde hace un tiempo que espera.
Una vida larga, llena de recuerdos que a veces prefiere no recordar,
lo cansaron. Las fallas normales de un cuerpo de casi 90 años de
antigüedad,
la desaparición de sus amigos y el simple paso del tiempo le fueron
quitando su chispa.
Y así con el correr del tiempo fue transformando su actividad en
pasividad. Decidió dedicarse a La Espera, a esperar eso que
inevitablemente
siempre llega y que una vez que sucede, ya no queda nada mas que
esperar....